
25 Ago Encontrar el equilibrio
William Blake dice que cada exceso pueda llevar al palacio de la sabiduría, acá estamos hablando de tener un espíritu de aventura y exploración que conlleve a entender dónde está el verdadero equilibrio.
Nos han enseñado a buscar el equilibrio y conseguir metas, trabajar con demasiado sacrificio y tener pasiones para entrar en acción, además tener motivación para hacer las cosas, pero esto no es de todo sano.
Cómo saber dónde está el equilibrio sin saber dónde están los extremos. Los extremos crecen cada vez que se tocan, así la vida se vuelve más interesante (abriendo caminos y no recorriendo siempre los mismos) al explorar cosas nuevas simplemente no hay límites y la tolerancia al fracaso se vuelve más grande.
Esa perspectiva es más fascinante que una vida «equilibrada» como se suele entender, exenta de riezgos y aferrada a lo conocido. Las barreras mentales hay que enfrentarlas, es decir ponerle la cara al golpe, las cosas malas suceden y no sirve de nada quejarse porque volverse vulnerable es precisamente entregarse a la incertidumbre, dejar de temerle a las tormentas, conocer el viento y finalmente disfrutar la magia de volar. Hay que despegar.
El equilibrio está en experimentar, no darle cabida al ego para que empieza a meter cizaña. Explorando, bailando a los márgenes de la vida, preguntando, rompiendo límites, aprendiendo, siendo multitarea y actuando de formas extrañas, paralelas, innovadoras, con curiosidad se encuentra la diferencia que nos permita mejorar la vida de una forma exponencial.
Hay que aprender a ver la vida como una sorpresa donde no hay una ruta trazada, disfrutar de lo inesperado. Hacerlo es descubrir una valentía oculta que se hace fuerte al probar los matices múltiples de la vida y como dice una canción pasada de moda «el que sigue la consigue».
Compararse con otros
No sirve de nada porque siempre habrá alguien mejor y la sensación será de vacío, es mejor sobresalir de uno mismo, no compararse con nadie. La batalla es más agradable cuando no es con otros sino con uno mismo.
Persigue tus pasiones, pero paraqué limitarse a una sola, es mejor tener 400 pasiones. El sobresalir de uno mismo nunca para, es un chispazo de amor. Para lograr lo imposible simplemente hay que dar un paso cada día. Ir despacio, acelerar, tranquil@ cada quién tiene su ritmo.
Lo primero para alcanzar la grandeza es creer en tí mismo, así no se tenga nada de dinero, la timidez te paralize o la depresión sea gigante.
Hay que engañarse
Así se esté con el corazón herido, te sientas un perdedor, la rabia genere decepción y sientas que la capacidad para conquistar son nulas, hay que detener el látigo verbal y frenar la lengua. Confiar, dejar el papel de víctima y engañarse. Engañarse es mentirse a uno mismo, tratarse con suavidad, cuidarse, volverse buen compañero, levantar la autoestima y volver a creer a punta de efecto placebo.
Discúlpate, el amor cura y las palabras te hacen fuerte. Quejarse no cura, actuar y tratarse bonito es indagar adentro para buscar a esperanza. Efecto placebo al máximo, hacerse al mando y pilotear el avión con fé.
Tener amor, todo empieza en uno mismo, empatía, la generosidad cambia al que da y al que lo recibe, perseverancia y ecuanimidad. Ser imperable pero no desde el ego sino desde el amor.
Mi papel como psicóloga comprometida es ayudarle a llevar su proceso, me pareció interesantes compartiles esta reflexión que escribí después de una conferencia de Isra García, el motivo: Me pareció inspirador y quería compartir la sensación.
Como psicoterapeuta sé que le cuesta cambiar, que lo ha intentado pero está realmente abatido y su incapacidad de abandonar sus miedos le genera frustación, ahí entro yo. Estoy sumamente preparada para ayudarle en el proceso de tener una vida más plena, con serenidad, más flexible y sobre todo puedo ayudarlo a ser feliz.
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